PFC | Equipamientos domésticos | Isabel Gutiérrez Sánchez

El proyecto ofrece una respuesta a una investigación del mercado de vivienda español en términos de tipología y un estudio etnográfico del barrio madrileño de Lavapiés, que ha buscado concretar y completar los usuarios y necesidades no cubiertas en el ámbito doméstico, en un escenario más acotado. 

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TÍTULO: Sistema de equipamientos domésticos de uso temporal para el barrio de Lavapiés

ESCUELA: ETSAM

TUTORA. Izaskun Chinchilla Moreno

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CONTEXTO

En Lavapiés nos encontramos con una problemática compleja tanto en la esfera social como el marco del estado de la edificación y del barrio. Lavapiés presenta una amplísima casuística social, que reúne a población autóctona con un alto porcentaje de personas mayores, y a población inmigrante con muy distintos orígenes de procedencia. En el barrio podemos encontrar a muchos tipos de usuario que olvida el mercado de vivienda actual. Ejemplos de usuarios localizados y a los que se dirige el proyecto son: personas que sufren desalojos por impago, personas dependientes, inmigrantes recién llegados, residentes temporales, parados que quieran emprender un negocio en o desde casa, etc… Lo característico en todos ellos es la situación de temporalidad e inestabilidad.

En el ámbito de la edificación, el barrio se encuentra en un proceso de desarrollo guiado por el Plan Integral de Rehabilitación de la Administración, que está resultando poco efectivo en la resolución del principal problema: la existencia de un 16% de infravivienda en el interior de las manzanas. Ante ello se va a diseñar una propuesta alternativa de regeneración urbana que resignifica y reutiliza los elementos característicos del barrio, tanto los tradicionales (corredores, balcones, patios, y azoteas) como los últimamente habituales de la construcción (andamios y estabilizadores).

PROPUESTA 

Se propone un sistema de equipamientos domésticos de uso temporal y comunitario para completar el soporte residencial existente en el barrio. Se trata de un sistema reversible y orgánico, que actúa reforzando la estructura de las manzanas mediante la estabilización de las medianeras de los edificios, e implementando la accesibilidad a los inmuebles.

Los componentes tipológicos y del espacio comunitario son elementos prefabricados de plástico, «abiertos» o «incompletos», preparados para la incorporación de distintos sistemas de personalización y adaptación a las necesidades y gustos de los usuarios. Constituyen espacios acogedores, caseros, donde coexisten tecnologías de prefabricación modular con otras más artesanas que los completan y cualifican (cerramientos y envolventes de distintas formas de tejido, ganchillo, punto, crochet, rellenos aromáticos, membranas ergonómicas, etc…). Se pretende que en estos espacios, los objetos, utensilios, la memoria y símbolos personales sean los protagonistas.

Los componentes infraestructurales incorporan tecnologías de reducción de los consumos de agua y energía, así como de acondicionamiento de los espacios de uso común. Adquieren especial importancia en el modo de vida doméstica y convivencia propuestos incentivando procesos de participación, negociación, intercambio y sostenibilidad ambiental. Quieren ser tecnologías capaces de dotar de una vinculación colectiva a la comunidad a través de su inserción en la vida del día a día.

UNIDAD DE INTERVENCIÓN EN EL BARRIO 

Finalmente, se escoge una manzana como unidad de intervención, que se esponja en su interior mediante la eliminación exclusiva de la infravivienda existente, reduciéndose al mínimo necesario el derribo de edificación y disminuyendo muy considerablemente el perímetro de demolición indicado como recomendable en el Plan de Rehabilitación de la Administración mediante los denominados Patios Azules. A los vecinos de las edificaciones derribadas se les dará preferencia en el nuevo tejido residencial (en términos de derechos de propiedad o alquiler y orden de elección de su nueva vivienda), como compensación a su realojo temporal.

En esta manzana se inserta el sistema de equipamientos domésticos, que se adapta a la edificación consolidada. El nuevo sistema transforma el uso y la percepción de la manzana; de un conjunto de edificaciones espacial y funcionalmente desconectadas entre sí, se va a crear una entidad formada por elementos con nuevas relaciones no solo estructurales e infraestructurales, sino también programáticas.

La estructura metálica crea un bosque en la nueva red de patios de la manzana adaptándose al tejido irregular de ésta a través de sistemas de estabilización y andamiaje que integran elementos extensibles y regulables (gatos, codales, etc…), los cuales absorben los cambios existentes en los planos de suelo y de fachada. Es el soporte de plataformas que, de forma orgánica, van dejando espacios entre la propia estructura y la medianera para que entre la luz y el aire. Todo este entramado va a ser el esqueleto para los nuevos componentes tipológicos domésticos y espacios extra-domésticos, para sus redes de instalaciones y para dispositivos de integración e intensificación de la bioesfera en la manzana.