PFC | MIRA, cómo éRAMOS | Mª Pepa Ramos Mira

Título: MIRA, cómo éRAMOS

Escuela: UNIVERSIDAD DE ALICANTE

Tutor: MIGUEL MESA+ENRIQUE NIETO+PASCUAL SAURA

Año: 2013/2014

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Prólogo

*La historia Interminable  (o del abandono de un patrimonio)

Érase una vez una familia, dónde cada miembro, generación tras generación, era aficionado a coleccionar propiedades. Desde la primera generación que consta, en los registros que se conservan, los Mira Cantó, Hermilo y Antonia, y los Mira Deltell, Miquel y Josefa, hasta los actuales herederos, baluartes de los Mira Mira, han reunido hasta 15 propiedades, entre casas y tierras. Todas ellas se reúnen en el territorio que circunscribe Pinoso, El Pinós, en la provincia de Alicante. Sin embargo, no todas las casas eran iguales. Las había en el pueblo, vinculadas a negocios familiares urbanos, las había en el campo, vinculadas a la producción de las tierras, vid, olivos, almendros,…, y las había en las pedanías, un híbrido entre las anteriores. A través de los años, el legado de los Mira Mira, se dibujaba como una amalgama de viviendas y tierras, un patrimonio que, sin embargo, les pilló por sorpresa. Los 4 hermanos se habían establecido lejos de las propiedades, formando familias y con ocupaciones desvinculadas del modelo de negocio familiar. Y con el tiempo, empezaron a abandonarse.

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* Una casa para 4 familias (3X4 + 1)

Érase una vez 4 herederos, los Mira Mira. Recientemente habían recibido el legado familiar, una herencia indivisa que reunía un patrimonio familiar que constaba de 15 propiedades. Los hermanos intentaron llegar, sin éxito, a un consenso para repartirla, pero los vínculos eran demasiado fuertes (afectos y vínculos emocionales, pactos de uso, lenguajes específicos, pavimentos y mobiliario,…) y las propuestas demasiado drásticas. Ni siquiera en una vivienda.

Capítulo 1: Su historia

La casa de la Calle Cánovas llevaba más de cien años en la familia, o quizás era al revés. 3 generaciones atesoraron recuerdos y afectos, en y con ella. La vivienda se fue colonizando a medida que la familia crecía. La domesticidad compartida combinaba su uso permanente con un carácter vacacional, y el conocimiento adquirido estaba basado en la experiencia y la tradición. Sin embargo, la contemporaneidad exigía cambios, ciertos espacios heredados estaban ahora obsoletos y el espacio doméstico se repensó. Porque ya no era 1 casa para 1 gran familia, sino 1 casa para 4 familias que buscaban una nueva manera de cohabitar. Y se mantuvieron sólo aquellos espacios, cuyo uso, con sutiles cambios, se adaptaran a la nueva situación, y a su vez, consolidaron lo que conformaría la versión contemporánea de la vivienda colectiva.

Capítulo 2: Su construcción

Los muros portantes de 50 cm de espesor eran el esqueleto de la casa. Su estado de conservación era bueno, sin embargo no sucedía lo mismo en toda la vivienda. Las lluvias acumuladas a lo largo de los años, en los que el mantenimiento ya no era una prioridad, provocó graves daños tanto en las cubiertas como en los linderos del patio. Las vigas y viguetas de madera empezaban a mostrar señales de podredumbre, el enfoscado del muro tabiquero del patio había saltado por la incidencia del agua, un mal asiento del terreno había provocado una grieta en el muro medianero,… Se decidió mantener lo máximo posible y reforzar la construcción de la vivienda. Se recalzó la cimentación, se repintaron los muros y se reutilizaron las vigas y viguetas que pudieron repararse, recuperándose incluso espacios, por un tiempo obsoletos.

Capítulo 3: La productividad hedonista

Los negocios familiares, desde tiempos inmemoriales, tuvieron una doble productividad. El negocio urbano y el vinculado a las tierras. La casa de la calle Cánovas, reunía ambas. La entrada principal daba acceso a la consulta de Enrique Mira, médico y la entrada posterior, a la bodega y el pisado de la uva. Con el tiempo, las bodegas limitaron su uso al almacenamiento y conservación de los barriles de vino. El lento proceso de abandono suponía una pérdida en la tradición del vino familiar. Se pensó entonces, en disfrutar de su economía, transformando las bodegas en un espacio hedonista y socialmente productivo, recuperando la tradición de la calle y la conciencia pública sobre la propiedad privada. Y, por la localización de la vivienda, se generaron en un mismo espacio, situaciones domésticas y urbanas, además de la posibilidad de crecer.

Capítulo 4: 1>4 casas para 4 hermanos (o vivir individualmente en la colectividad)

Con motivo de la indivisibilidad de la herencia y a través de los conflictos, deseos y necesidades de cada hermano, se planteó un modo de cohabitar. Se generaron espacios individuales e independientes, para cada uno y su familia, conectando entre sí a través de la vivienda colectiva y con accesos a la calle.

A la vivienda de F se accedía por la calle principal, su aspecto social e intención museística, provocaban un acceso permeable. Desde planta baja accedía a la vivienda colectiva, a través de las recuperadas antiguas puertas del recibidor. Su casa crecía en altura, al igual que las de sus hermanos. A mitad de camino de las escaleras se encontraba el acceso al patio. F, muy aficionada a la jardinería, con su jardín enfrentado al de MJ conformaba los inicios de un jardín colgante. La planta superior, iluminada por un gran vano abierto en el muro del patio, lindaba con la de MJ con un paramento traslúcido, que dejaba intuir pero no ver.

María José, quien guardaba un vínculo más estrecho con la casa, puesto que era la que, de los 4, más tiempo la había habitado, tenía el acceso a su vivienda por el interior de la colectiva. Su vivienda se desarrollaba en altura desde el patio, extendiéndose incluso más allá, sobre la calle, el visillo. Con un balcón-patio, creando también un jardín colgante a través de sus mecanismos, sobre el patio de la vivienda colectiva. Y una posición privilegiada, en una cota superior, para las aficiones, la acuarela y la ornitología.

E acudía al pueblo buscando el entorno familiar, por ello su acceso se producía desde la calle, a través de unas escaleras muy estrechas, que desde la calle no se sabía muy bien donde iban. Su vivienda se desarrolla también en altura, desde la calle de atrás hasta el invernadero, por donde accedía a la vivienda colectiva. Su vivienda se piensa como absolutamente independiente, pues por su condición de sacerdote, pasará a la Iglesia y llegado un punto, no seguirá formando parte de la casa familiar, restringiendo sus accesos. Se proyectó una pequeña capilla que forma parte de su vivienda, en el punto más alto de la vivienda, cuyos paramentos filtraban la luz, envolviendo el espacio en una atmósfera propia. Sin embargo, para las celebraciones familiares se proyectó un acceso desde el patio elevado, desde donde accedían sus hermanas y familias.

Para M, la más familiar, se pensó una vivienda accesible desde la calle de atrás, más tranquila y segura, dónde residían los amigos y vecinos más allegados. Su vivienda se desarrolló en planta, tan longitudinal cómo fue posible, para Marinita. Marinita, la hija mayor de M, con un problema psicomotor, revolucionó la casa de M y el proyecto en su conjunto. Las escaleras suponían un beneficio para sus articulaciones, sin embargo, sólo a la hora de subir; para su comunicación con la cota más baja, se pensaron toboganes, que combinaban de necesidad y diversión. Los accesos se pensaron para ella e incluso se recuperó la tradición de negocio familiar a través de un punto de biblioteca, por su carácter social.

Y así a través de una nueva situación, los objetos de negociación comenzaron a establecer nuevos roles, pactos y asociaciones, los objetos domésticos requirieron de acuerdos entre los hermanos para colonizar las ‘nuevas’ viviendas y para mantener su posición en la vivienda colectiva; pero éste es el principio de otra historia…

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Epílogo

*El lector entre líneas  (o de la gestión de la arquitectura y el patrimonio)
La intención fue repensar el futuro del patrimonio familiar, como una situación extendida, donde las viviendas dejan de serlo para convertirse en ruinas. Plantear una hipótesis de este posible futuro,  leer su historia y gestionar y actuar de intermediario, ante la contemporaneidad, entre los deseos y necesidades, y la arquitectura/objeto.