Saline Joniche | Grupo Aranea + AutonomeForme

«La propuesta restaura el paisaje acuático de marisma, superponiéndole la obsoleta capa industrial adaptada para convertirla en un nuevo soporte de vida.»

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Concurso: 1er Premio Concorso per la Riqualificazione del Waterfront di Saline Joniche e la realizzazione di un Parco Naturale e Antropico, Provincia di Reggio Calabria, 2012
Superficie: 170 hectáreas, 8 Km de costa
Promotor: Gobierno de Reggio Calabria
Presupuesto: 110.000.000 euros

Arquitectos Directores de equipo: Francisco Leiva Ivorra (Grupo Aranea), Marco Scarpinato (AutonomeForme)
Arquitectos: Martín López Robles, Elena Velasco Román, Lucia Pierro
Ingeniera Agrónoma Paisajista: Marta García Chico
Bióloga Ambiental: Anna Pont Solbes
Colaboradores: Aleksandra Duczmal, Andrés Llopis Pérez, Roberto Carrasco Cañizares, Beatriz Segura Ros, Paul Cetnarski, José Javier Botí Sarrió, Ana Ybarra Arias, Beata Targosz (Estudiantes de Arquitectura)


Consultores
Fanny Bouquerel / Amunì, Experta en Programas Europeos
Nadia Spallitta, Abogada, Experta en Derecho Urbanístico
Valentina Guagenti, Experta en Análisis de costes
Alberto Ferrari, Ingeniero, Experto en Evaluación de Impacto Ambiental

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(La memoria y todas las imágenes son propiedad de Grupo Aranea y los dibujos son, más específicamente, de Francisco Leiva)

(+info)

“Los tiempos de la explotación sin control se acaban. Saline Joniche lleva demasiado tiempo obsesionada por la productividad, sin valorar lo que estaba arriesgando. Ha llegado el momento de anteponer un sano equilibrio medioambiental ante cualquier propuesta que determine una acción impositiva al lugar. Es el momento de apostar por un rico ecosistema renovado, tremendamente atractivo y posicionarlo como referente mundial de la convivencia medioambiental, al que, sin duda, se irán acercando los inquilinos que merece. Serán estos los que finalmente dotarán de productividad al lugar.

La propuesta restaura el paisaje acuático de marisma, superponiéndole la obsoleta capa industrial adaptada para convertirla en un nuevo soporte de vida.

Se pretende reestructurar el equilibrio natural, revertir el abuso producido por el hombre. En este largo proceso no deben borrarse las huellas producidas en este deteriorado entorno, estas permanecerán en la memoria, recordando a generaciones futuras los riesgos de esta inconsciente actitud.

Se crea un ecosistema en continua evolución, donde el hombre debe convivir y al que el hombre se debe adaptar.” *

Saline Joniche es un área costera de unos ocho kilómetros, situada en el extremo sur de Italia en el estrecho de Messina frente al volcán Etna.
Saline Joniche es un área de gran interés paisajístico y medioambiental, que ha sufrido en los últimos tiempos un importante proceso de degradación producido por una actividad industrial ahora abandonada.

La voluntad del promotor del proyecto: el Gobierno de Reggio Calabria, es convertir a Saline Joniche en un referente mundial de la recuperación de áreas industriales en un contexto sostenible.

Buscamos recuperar las conexiones con el lugar que los sucesivos desarrollos industriales fracasados han ido borrando, aprovechando las trazas que estos han dejado.

Proponemos un territorio inundado, que es la desembocadura de múltiples cauces naturales. Un ecosistema muy rico en fauna y flora con especial importancia de las aves migratorias. Este proceso se realizará de forma natural, el paisaje resultante evolucionará con el tiempo y permitirá la incorporación paulatina de nuevas especies vegetales y animales. Al igual que la vegetación y los animales, el ser humano debe ser capaz de encontrar su equilibrio con este nuevo entorno.

La Officine di Grandi riparazioni, de más de 100.000 m2, donde se reparaban los trenes de todo el Sur de Italia, se convierte ahora en el motor de la recuperación: centro de tratamiento de tierras contaminadas, un enorme vivero de reforestación, una planta de generación de energía limpia, laboratorios,… Centro de Estudio y Museo que pretende explicar los procesos de recuperación de zonas degradadas.

Buscamos la convivencia del pasado a través de la gestión de la ruina. Una serie de paisajes inundados repletos de obsoletas estructuras industriales sirven de soporte para la vida animal y vegetal. Este es sin duda el marco idóneo para la implantación de un nuevo espacio de representatividad para grandes sedes corporativas cercanas a la naturaleza y la sostenibilidad.

El proyecto amplía además la reflexión sobre la ruina conectándose con dos importantes hitos cercanos: Pentedattilo, un pueblo abandonado a finales del siglo XVIII a causa de un terremoto, y el Laura C, un barco hundido a pocos metros de la costa durante la segunda guerra mundial. Ejemplos, en este caso fortuitos, de cómo las acciones humanas pueden llegar a crear ricos ecosistemas…

“Cuando inicié de nuevo mi viaje al Sur, no esperaba encontrarme con aquello. Este era un paisaje totalmente distinto al que yo recordaba de mi anterior viaje. Me alegró comprobar como la naturaleza había recuperado lo que era suyo, cómo si no le importara lo que hubiera pasado allí. De pronto, el agua dominaba todo aquel lugar y daba vida a todo.

Por eso decidí quedarme una temporada. Me instalé en una alta torre que destacaba sobre todo el conjunto para así poder disfrutar de aquel renovado paisaje. Para mi sorpresa, descubrí que en la torre había muchos otros como yo.

Una vez instalado, comencé a explorar aquel lugar, visitando primero aquellos puntos que más despertaban mi interés.

Escuché un intenso sonido, no sabía de donde venía, de modo que me puse a investigar su origen. De pronto descubrí, sobrevolando el lugar, que procedía de dentro de una gran masa verde que flotaba sobre las salinas. En algunos puntos se podían entrever el paso de un tren que traía expectantes pasajeros, tan deslumbrados por el cambio que había sufrido aquel lugar como lo estaba yo días atrás.

Ya llevo varios días aquí, tratando de descubrir los secretos de este lugar y qué es lo que hace que lleguen tantas personas cada día. Algo tiene este lugar que mueve a tanta gente!

Esta mañana, me posé un rato sobre la línea verde que atraviesa todo el conjunto, frente a la salina, mirando desde lo alto aquel escenario. No podía entender muy bien de lo que hablaban las personas que allí se estaban bañando, pero por sus gestos y expresiones, pude deducir que aquel baño era muy placentero para ellos.

Me posé sobre una de las altas sillas que están repartidas por toda la marisma. Desde allí arriba me entretuve viendo ir y venir a la gente sobre una especie de plataformas flotantes, parando para tirarse y sumergirse en el agua, en algunos puntos donde sobresalen las antiguas máquinas industriales. Me da mucha envidia este momento, pues supongo que lo hacen para mirar qué hay allí abajo. Yo imagino peces de colores que viven entre las algas que cubren las paredes de los antiguos silos.

Un poco más allá, mi vista alcanza a ver a otros paseando por el borde que marca el agua, entrando y saliendo a viejos edificios industriales que ahora se han convertido en lugares llenos de vida, …se les puede ver sonrientes y divertidos.

Comienza a llover con intensidad, y en poco tiempo llega el agua de las montañas y la marisma empieza a llenarse. Lo que más me impresiona es sobrevolar la zona del delta y ver como a medida que el agua avanza va alimentando y avivando la vegetación. Una vez que ha parado de llover, empiezan a salir los primeros insectos y allí me traslado para comer algo. Visto desde el cielo parecen lágrimas sobre la arena, unas lágrimas que forman muchas playas confinadas por las dunas. Un lugar donde otros pájaros se alimentan de los peces que viven en el mar, un mar que protege y juega con todo el conjunto, entrando y saliendo, partícipe de todo lo que aquí sucede.” *

*Extractos de la memoria del proyecto