Artículo: PROPUESTAS DE REVITALIZACIÓN URBANA EN EL BARRIO DE ORBA | Alfafar, España

* Escrito por Improvistos (equipo dedicado a diseñar e impulsar procesos de análisis crítico y transformación social del hábitat desde la reinterpretación creativa del territorio y la ciudad).

El equipo Improvistos conseguimos el primer premio en el concurso ‘Urban Revitalization of Mass Housing’, organizado por ONU-Habitat, con una propuesta para el barrio Orba, en la periferia metropolitana del sur de Valencia. Ahora trabajamos para impulsar un proceso participativo que genere comunidad con la intención de detectar oportunidades de mejora y decidir conjuntamente actuaciones prioritarias en el barrio.

En este artículo explicamos las ideas desarrolladas en el concurso y la iniciativa de diagnóstico participativo que estamos poniendo en marcha para dar el siguiente paso.

El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos convocó este concurso internacional, dirigido a estudiantes y jóvenes profesionales de todo el mundo. Forma parte de la Estrategia Mundial de Vivienda de la ONU cuyo objetivo es promover un cambio de paradigma en la provisión de vivienda adecuada para todos e impulsar el logro de la sostenibilidad social, económica y ambiental de las ciudades.

Página web del concurso Urban Revitalization of Mass Housing. Fuente: http://masshousingcompetition.org/

Entre el 5 y el 11 del pasado mes de abril se celebró en la ciudad de Medellín el séptimo Foro Urbano Mundial, la mayor conferencia de Naciones Unidas sobre desarrollo urbano sostenible. Durante el foro, cuyo tema central ha sido la Equidad Urbana en el Desarrollo, se anunciaron los proyectos premiados del concurso ‘Urban Revitalization of Mass Housing’, al que se habían presentado 752 equipos en la primera fase. Las propuestas fueron evaluadas por un jurado internacional siguiendo criterios para la mejora del espacio público, el estímulo de la actividad económica, la integración social, la sostenibilidad medioambiental a nivel de barrio y el inicio del diálogo con los vecinos y los actores clave.

La propuesta presentada por Improvistos, titulada Recooperation, ganó las fases nacional y regional del concurso y finalmente obtuvo el primer premio a nivel mundial.

Este proyecto desarrolla una estrategia de futuro a varias escalas para la revitalización del barrio Orba, también conocido como Parque Alcosa, en la periferia metropolitana de Valencia, a orillas del Mediterráneo.

El punto de partida es valorar la situación clave de esta localidad, que forma parte de la lengua de urbanización extendiéndose desde la ciudad hacia el sur. La restauración de la continuidad entre ecosistemas y unidades de paisaje, especialmente la tradicional Huerta Valenciana al Oeste, el Parque Natural de L’Albufera al Este y la propia zona de expansión urbana, constituye el marco para la intervención en el barrio. La recuperación de acequias, la implantación de nuevos corredores ecológicos y la introducción de espacios de amortiguación entre áreas más antropizadas y zonas protegidas deberán devolver las conexiones mínimas al territorio fragmentado.

Esta zona residencial, compuesta por bloques lineales de los años 60 con viviendas muy similares entre sí, tiene una alta tasa de desempleo desde que la industria del mueble y la construcción no ofrecen oportunidades de trabajo. La población sufre la obsolescencia de la edificación en cuanto a diversidad y eficiencia energética y la falta de mezcla de usos. Sin embargo, los habitantes están socialmente activos y las asociaciones vecinales ya consiguieron en el pasado que la zona disfrutase de servicios y equipamientos básicos de los que carecía. Hoy reivindican alquileres sociales y la condonación de la deuda para personas desahuciadas.

Ortofoto del barrio Orba. Fuente: Elaboración propia a partir de Google Maps.

Para adquirir una mejor perspectiva sociológica analizamos los datos referentes tanto al municipio de Alfafar como los datos desagregados en las secciones censales que componen el barrio de Orba/Alcosa. La población de Alfafar ha aumentado desde las 18.615 personas contabilizadas por el censo de 2001 hasta las 20.700 de 2011. El barrio Orba sin embargo apenas ha aumentado su población (6355 personas en 2011) con respecto al 2001 (6028 personas), pasando de suponer un 32,4% a un 30,7% de la población total del municipio. El aumento porcentual de la población del barrio es la mitad de la del conjunto del municipio en ese periodo.

La comparación de Alfafar con el barrio Orba, tomando en consideración la edad, desagregada en los tres grandes grupos sociológicos niños y jóvenes, adultos, y mayores (menores de 16, de 16 a 64 y mayores de 65) arroja unos datos para el 2001 que podemos decir que eran muy similares para el barrio y su municipio, pero si observamos los datos para el censo del 2011 hay un desajuste entre ambos. En particular, el grupo de mayores de 65 años supone el 21,6% de la población del barrio, claramente por encima del 16,6% que esta población supone para el conjunto del municipio de Alfafar. Este trasvase hacia la población mayor, que requiere de unos servicios y de unas políticas especificas, concuerda con el envejecimiento general de la población española. Además de barreras arquitectónicas y otros problemas de accesibilidad, en el año 2001 el 83% de los edificios no tenía ascensor, siendo el 98% de los bloques de 4 ó 5 plantas, aunque recientemente se han instalado más en los patios de vivienda.

Porcentaje de población por sexo en Alfafar y Orba en 2001 y 2011. Elaboración propia a partir de los datos del INE.

Otra variable estudiada es el sexo, y conviene resaltar que el porcentaje de hombres está en aumento. Mientras que en 2001 la población de mujeres del municipio era mayor que la de hombres, en 2011 el porcentaje de hombres supera ligeramente al de las mujeres, especialmente en el barrio Orba. Este hecho puede deberse a la inmigración protagonizada por los varones, quienes suponen un 56% de los inmigrantes frente al 44% de las mujeres. Esto nos lleva a considerar la llegada espectacular de inmigración en el primer decenio del Siglo XXI, los años de la ‘España inmigrante’ según afirma Lorenzo Cachón [1] (2009). En el año 2001 había en Orba sólo un 3,57% de extranjeros frente al 22,9% en el año 2011, un gran incremento en el barrio del 576% en diez años.

Porcentaje de población Española y extranjera en Alfafar y Orba en 2001 y 2011. Elaboración propia a partir de los datos del INE.

[1] Cachón, L. (2009). La España inmigrante: marco discriminatorio, mercado de trabajo y políticas de integración. Barcelona: Anthropos, 352.

Por otro lado, no podemos olvidar que la tasa de paro registrado en el municipio es del 40%, un total de 3.195 personas, siendo uno de sus problemas más importantes. Aproximadamente un 53% de los parados registrados tienen entre 25 y 44 años, un 41% son mayores de 44 años y un 6% son menores de 25 años. Parados que por sector de actividad un 61% proviene del sector servicios, un 20% de la industria, 11% de la construcción, un 2% de la agricultura y un 6% no había trabajado anteriormente. La tasa de paro del barrio es probablemente bastante más elevada que la de su municipio, que ya duplica a la de Valencia, lo que ilustra un componente importante del desequilibrio y la desigualdad en la zona.

Una de las calles del barrio en dirección E-O. Fuente: Improvistos.

Lamentablemente ha cambiado la metodología de elaboración del censo de 2011 y las actuales técnicas de muestreo no permiten acceder a los datos por secciones censales debido al secreto estadístico. A falta de un análisis en profundidad que esperamos realizar como parte del proceso de diagnóstico, inmediatamente vemos cómo estos datos sociológicos completan el perfil urbano del barrio que se avanzaba antes. Las condiciones de contexto cuando se construyó durante el desarrollismo de los años 60 no son las actuales y cabe preguntarse si puede considerarse uno de los barrios vulnerables de las periferias urbanas españolas pese a los avances en servicios y habitabilidad conseguidos.

Hay algunas observaciones complementarias pero relevantes a añadir, como que la mitad de la superficie del espacio público está dedicada al vehículo privado, condicionando fuertemente la vida en la calle aunque no llega a impedir el arraigado uso cotidiano de la misma como lugar de encuentro y socialización. Por otro lado, estamos investigando el número exacto de viviendas vacías porque sabemos que son muchas, con un precio medio de venta aproximado de 73900 € (en torno a 869 €/m2) así como el número de desahucios en los últimos años. También hemos constatado que gran parte de los adultos no tiene un nivel básico de estudios pero sí conocimientos valiosos por ejemplo en relación a la huerta, la industria del mueble, el trabajo de la madera o la construcción… Por último, hay que resaltar de nuevo las iniciativas comunitarias y la actividad continuada de las asociaciones de vecinos que, organizando talleres, actividades lúdicas, protestas y peticiones sobre necesidades detectadas e incluso formulando propuestas alternativas forman parte ineludiblemente de la estructura social del barrio.

En este contexto, las posibilidades de mejora se basan en la actividad de las personas que residen aquí. El proyecto inicial sobre el que el equipo de Improvistos comenzó a trabajar explora un nuevo proceso de transformación a través de intervenciones en los ciclos de la madera, el agua, la energía y la actividad productiva. En estrecha relación con la rehabilitación del espacio público y el fomento de la movilidad no motorizada, se debe impulsar la producción energética local, la creación de negocios sostenibles y el aprovechamiento de la huerta cercana.

Intercambio de bienes, espacios y servicios. Fuente: Improvistos.

La atención especial a una escala menor de intervención es importante para concretar algunas de las ideas principales del proyecto. Salvo algunas excepciones, cada portal da acceso a 16 ó 20 viviendas de unos 85m2, 4 por planta organizadas en torno al núcleo de comunicación vertical. Son bloques lineales de tipología en H en los que podemos encontrar viviendas vacías, viviendas en las que habita una sola persona mayor y viviendas en las que una familia numerosa apenas tiene sitio.

Pensando en el valor de uso más que en un modelo basado únicamente en la plusvalía descontrolada, se avanza un sistema comunitario de intercambio de espacios, bienes y servicios que permitiría a las personas ofrecer lo que no usan y obtener a cambio algo que necesitan. La comunidad de propietarios de cada portal podría entonces gestionar nuevas capas de espacio compartido e integrar programas asociados.

Nuevos espacios compartidos en torno al núcleo de comunicaciones central. Fuente: Improvistos.

Estamos estudiando cómo una vivienda puede ser entendida como proceso, adaptándose, creciendo o decreciendo y ofreciendo alternativas desde la estructura existente. En este sentido se propone el prediseño de una serie de elementos estructurales, de partición, de cerramiento y de mobiliario en madera que respetan los muros estructurales pero aumentan la flexibilidad y diversidad de espacios con cambios modificables, replicables y de bajo coste. Tomando como referente las pocas experiencias de vivienda colaborativa y cohousing existentes en España, más numerosas en Europa, es posible redefinir las relaciones entre lo privado, lo común y lo público para que se adapten a las necesidades reales y permitan nuevos modos de habitar. Pero es imprescindible contar con una metodología de participación que acompañe cualquier proceso de transformación para que las personas puedan ser las protagonistas en la construcción de una alternativa para el barrio.

Una de las reconfiguraciones posibles en una vivienda . Fuente: Improvistos.

Trabajo previo y la propuesta de continuación: Diagnóstico participativo en el barrio Orba

Aunque importante para profundizar en análisis y propuestas y darles mayor difusión, el concurso ha sido una etapa del proyecto posible gracias al trabajo previo y probablemente se reformulará en la continuación. De hecho, ahora se hace imprescindible dar un paso atrás para que el barrio y todos los agentes involucrados lo den hacia delante. Esto supone un posicionamiento, potenciando la participación y la negociación en el posible inicio del proceso, así como un cambio de actitud, asumiendo un papel proactivo para facilitar ese inicio.

Cabe recordar que nuestra primera aproximación al barrio Orba fue en el año 2012 desde la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Los socios fundadores de Improvistos, en el marco del taller académico conjunto con la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia, participamos en las visitas a la zona, en las reuniones con vecinos y con el alcalde de Alfafar y en la redacción de los primeros estudios propositivos. Contamos con el apoyo de estudiantes (como Irene Uriel y Carlos Salas), profesores (como Álvaro Soto e Izaskun Chinchilla) y profesionales varios que reflexionaron con nosotros. A modo de conclusión se organizó en Alfafar la exposición Reciclado de Estructuras Urbanas de Parque Alcosa, que desgraciadamente fue poco accesible para las personas que viven en el barrio sobre el que se mostraban propuestas.

El Cami Vell de Picassent, un paseo paralelo a una vieja acequia. Fuente: Improvistos.

Este trabajo tuvo una inmediata continuación como Proyecto Fin de Carrera de nuestra socia María García Méndez que nos llevó a diversificar los contactos locales y a profundizar nuestro conocimiento sobre la realidad social del barrio Orba. Pusimos todo nuestro empeño en acercarnos a las personas hablando con la gente en la calle y visitando sus casas, así como en establecer una comunicación más directa con las asociaciones de vecinos. Las nuevas propuestas, abarcando desde estrategias de ámbito territorial hasta el diseño de soluciones constructivas para la mejora de las viviendas, fueron presentadas al concurso de ONU-Hábitat que tuvimos la suerte de ganar.

Estamos convencidos de que el tiempo del urbanismo especulador, cómplice de la producción de los paisajes devastados que analiza el Observatorio Metropolitano de Madrid, debe acabarse. Nosotros aprendemos cada día de la mano de colectivos y oficinas fundadas por jóvenes profesionales que trabajan con metodologías alternativas desarrollando instrumentos de transformación social del hábitat. Pese al fomento de la competencia y la superación individuales que se da en ciertos ámbitos, algunas plataformas de convergencia se inspiran en la cultura libre y trabajan impulsando el procomún articulando procesos colaborativos locales (y ‘glocales’). Estas prácticas emergentes constituyen un caldo de cultivo ideal para un pensamiento crítico renovado sobre la ciudad y el territorio.

Este inciso era necesario para entender que el proyecto hasta ahora publicado, como decíamos, pretende ser un paso en la identificación de retos para el barrio pero la continuación se escapa al alcance de la propuesta premiada. Sin embargo, con el respaldo que supone el premio de Naciones Unidas, estamos implicando a nuevos actores y buscando la manera de continuar colaborando con los vecinos y el Ayuntamiento. La difusión ha ayudado a contactar con numerosos agentes locales y grupos interesados, con lo que queremos aprovechar para aumentar el protagonismo de los residentes. Algunos vecinos ya han conseguido que la alcaldía se comprometa a estudiar nuestras propuestas. Poco a poco nos acercamos también a empresarios y emprendedores, activistas, técnicos, posibles inversores, expertos en ecología, participación, eficiencia energética, responsables políticos…

Esquema del equipo técnico. Fuente: Improvistos.

Recientemente hemos formado un equipo técnico multidisciplinar para desarrollar, en colaboración transversal con otros especialistas, lo que pensamos que debe ser el siguiente paso: el diagnóstico participativo del barrio. Esta posibilidad surge tras hablar con algunos vecinos, otros agentes especialmente activos y finalmente el concejal de urbanismo de Alfafar. En julio de 2014 se nos pidió un documento explicativo y un presupuesto para la realización de este trabajo, incluyendo unas jornadas previas para generar confianza y validar el lanzamiento del propio diagnóstico. El objetivo es iniciar un proceso conjunto acompañado de trabajo técnico para analizar el barrio desde un enfoque participativo, estableciendo prioridades y valorando acciones de mejora.

A raíz de una clase que impartimos en el Máster de Sociología Aplicada de la Universidad Complutense hemos incorporado a este equipo a Carlos Molina como sociólogo colaborador. Además, hemos podido establecer una intensa colaboración con el estudio valenciano Carpe Vía, especializado en dinámicas de comunicación y acciones de activación del espacio público. Sus integrantes han estudiado el barrio Orba desde la cercanía y también habían elaborado previamente propuestas de gran interés. Por otro lado, en esta primera etapa de trabajo, nuestros colegas urbanistas y arquitectos de Paisaje Transversal, expertos en innovación urbana desde la participación, forman parte del grupo motor desde el que estamos coordinando el programa para el diagnóstico participativo del barrio. Finalmente, nos estamos apoyando puntualmente en una serie de expertos según surgen cuestiones relevantes en la coordinación, redacción y diseño de las diferentes actividades que se están programando.

Esta propuesta impulsará la participación a escala de barrio tomando como referente inmediato otras experiencias similares que se están produciendo en España y en otros países. Por el contrario, en la mayoría de las ciudades españolas se ha eludido sistemáticamente durante las últimas décadas la iniciativa de la población de intervenir en la construcción del modelo de ciudad que queremos. Si bien el marco de política territorial debe ser decidido colectivamente para evitar desigualdades y servir al interés general, la participación directa de los ciudadanos ha quedado relegada a la consulta e información porque resulta conflictiva en las estructuras de poder existentes. Este funcionamiento niega uno de los fundamentos del derecho a la ciudad.

Las acciones participativas provocan el debate público y la interacción entre distintos colectivos sociales. Nuestro equipo es un colectivo más en tanto que nuestros conocimientos e ideas son cuestionados y modificados dentro de cada proceso pero sin olvidar la función de intervenir como mediadores técnicos para potenciar la negociación. Precisamente, entendemos nuestro papel de técnicos como sujetos activos que aportamos una capacidad específica para asesorar, analizar y formular propuestas con un carácter crítico y avanzar en la dimensión política de nuestro trabajo.

Por lo tanto, las herramientas participativas que se quieren utilizar no son el objetivo sino parte de una metodología que pueda potenciar un proceso colaborativo e inclusivo. El diagnóstico cualitativo y cuantitativo del barrio Orba, junto con la realización previa de las actividades para generar confianza con los habitantes, la recogida y análisis de información y la creación de los canales de comunicación necesarios… permitirán generar las bases para un marco de intervención coordinado que en el futuro sea capaz de usar las sinergias existentes entre los agentes implicados. El resultado de nuestra asesoría técnica en este proceso deberá ser útil para una siguiente fase de desarrollo de líneas estratégicas de mejora del barrio.